¿Cuántas veces han escuchado citar a Finlandia como modelo educativo?
¿Y por qué? Porque es el país europeo que mejor lo hace en PISA, el
informe internacional de la OCDE que evalúa los sistemas educativos
mediante test a los alumnos. En estos últimos años en los que,
afortunadamente, la educación
ha ocupado más el debate público que antes, muchos eran los que sacaban
ejemplos del modelo finlandés dependiendo a veces, eso sí, de la
ideología: el máximo respeto a la figura del profesor, una dura
selección de los aspirantes que quieran enseñar, la celeridad en
detectar a los alumnos que necesitan apoyos, la gratuidad de todos los
colegios, la posibilidad de que sea el centro docente el que elija a sus
profesores....Pero, ¿cuántas veces hemos escuchado hablar de Soria como
ejemplo educativo? Pocas, ciertamente. Y se lo podría merecer. Si se
extrapolan los datos que consigue Castilla y León en la prueba
internacional, Soria sale muy bien parada. En realidad, Castilla y
León, en el último informe PISA, ocupaba el podio de las tres categorías
que se medían: comprensión lectora, matemáticas y ciencia. Y no está
nada lejos de las puntuaciones de Finlandia.
Una de las conclusiones
del Informe respecto a España es que "existen alrededor de 55 puntos de
diferencia entre las comunidades españolas con un mayor y menor
rendimiento educativo, el equivalente a casi un año y medio de
escolarización". Vean pues Castilla y León y comparen con la cola de
las gráficas.
¿Qué se puede aprender de Soria? Complicado saberlo en un país con
cierta tendencia al pensamiento mágico de confianza solo en las leyes.
Al fin y al cabo, en Soria existe la misma ley educativa que en el resto
del país. Aunque con matices, según apuntan fuentes oficiales de la
Consejería de Educación: "En 2000, cuando se realizó la transferencia
completa de las competencias, en Castilla y León, a la hora de decidir
qué hacer con las horas de libre configuración, se apostó decididamente
por las matemáticas y por el inglés".
Inés Soria -sí, como su provincia-es jefa de estudios del Instituto Antonio Machado,
un espectacular edificio del barroco fundado por la Compañía de Jesús y
que hoy es de titularidad pública. Esta profesora, ingeniera industrial
de 42 años, cree que hay mucho de factor cultural, muy propios de esta
región y de Soria. "Esto es muy pequeño, nos conocemos todos. Eso
significa que la cercanía entre padres, alumnos y profesores es muy
grande y eso es un pilar fundamental". Fuentes de la Consejería explican
que, en Soria, en total, apenas hay 13.000 alumnos desde infantil a los
bachilleratos, incluidos los módulos de FP.
El Antonio Machado es muy activo en las redes sociales y se puede
apreciar, confirma esta profesora, que existe un "espíritu del centro".
Organizan muchas salidas. Eso se consigue con horas de los profesores
fuera de lo estrictamente obligado. Ella, por ejemplo, se está volcando
ahora con las enseñanzas a distancia para aquellos chavales que viven en
el campo y a los que les es muy difícil trasladarse de manera
permanente a Soria ciudad.
El campo es un factor decisivo, según fuentes oficiales: "Desde
siempre, los padres transmiten a los hijos que, o estudian, o la
alternativa es el campo. Si no hay otras posibilidades, la gente
estudia. Aquí no pasa como en Andalucía o Baleares, que podían tener
hace años la obra o los trabajos del turismo. Siempre se ha empujado a
los niños a estudiar como manera de mejorar". El secreto en los Campos
de Castilla, que sosegaron a Machado, profesor en el Instituto.
Además, cuenta Inés Soria, "hay que creer en los alumnos y que los
profesores estén entusiasmados con lo que hacen. Nosotros seguimos a
los alumnos en las redes sociales y eso nos da pistas. El otro día vi lo
que comentaban sobre el debate electoral y eran críticas muy maduras,
por ejemplo". En el Antonio Machado leen la prensa y tienen un gabinete
encargado de transmitir lo que se hace en el centro.
Cuando ven que algunos alumnos dejan de venir a clase, se preguntan
enseguida qué ocurre. "Tenemos programas de mejora del aprendizaje pero
también es importante ir a lo personal, preguntar qué le pasa, por qué
no quiere venir", dice Inés Soria. Precisamente, uno de los secretos de
Finlandia es lo rápido que se reacciona cuando observan problemas de
algunos alumnos.
¿Les deja la Consejería bastante libertad a cada centro? "En general, lo que tenemos es la sensación de
tener a la inspección de nuestro lado, de que trabajamos con ellos, no para ellos. Creo que eso marca una diferencia. Si nos dan cierto margen de libertad es porque saben que es para mejorar", explica.
Las plantillas son bastante estables y eso hace más fácil el trabajo:
"Sabemos quiénes pueden hacer más y les ponemos a hacer un proyecto de
investigación. Conocemos de qué pie cojea cada uno y
así intentas darle salida a los alumnos que tienen inquietudes más especiales".
Además, en Soria, sigue explicando la profesora,
hay una clase media que no fluctúa mucho.
No es una ciudad con problemas muy graves. Hace frío y, en los meses
en los que se hace de noche pronto, en las calles no hay mucho que
hacer, según coinciden en señalar la profesora del Machado y las fuentes
de la Junta de Castila y León.
En los colegios, hay bancos de libros solidarios, para que no haya
que comprar nuevos todos los años.
Y existe la figura curiosa del
profesor itinerante, que va por las distintas escuelas rurales. "No
hemos cerrado escuelas rurales. Las mantenemos abiertas con cuatro
alumnos. Allí donde hay ese número de niños, allí hay una escuela",
explican en la Consejería. Y a esos profesores que distribuyen su
tiempo por las escuelas dispersas se les premia más adelante en la
posibilidad de elección de destino. Es una manera de incentivar, ahora
que tanto se habla de los estímulos a los profesores que más se
esfuerzan. Ellos van con sus coches. También hay cientos de rutas
escolares, a veces en minibuses o incluso en coches todoterreno.
El "caso Soria", como se explicaría en una escuela de negocios, da
para iniciar un debate sobre qué es más importante, el ambiente cultural
o los sistemas educativos, algo que se puede aplicar también a los
niños asiáticos.
Lo que está claro es que los niños sorianos no nacen con una
inteligencia distinta a los del resto de España, ni tampoco más parecida
a la de los finlandeses. A lo mejor habría que estudiar mejor de lo que
ha hecho este post qué ocurre en esos colegios e institutos. Pilla más a
mano que Finlandia. Camino a Soria, que cantaran los Gabinete
Caligari.
Fue Gregorio Luri el
primero que me hizo notar esta anomalía en el informe PISA para España.
Este blog, Mejor Educados, toma el título de uno de sus libros. Desde hoy, intentaremos ir descubriendo claves que puedan lograr que este país esté mejor educado.
Fuente:
elmundo