jueves, 6 de diciembre de 2012

Carta de una profesora indignada

"Según el Diccionario de Uso del Español de María Moliner, privilegio es la excepción de una obligación, o posibilidad de hacer o tener algo que a los demás les está prohibido o vedado, que tiene una persona por una circunstancia propia o por concesión de un superior. Por el contrario, derecho es la circunstancia de poder exigir una cosa porque es justa.

Soy funcionaria, me dedico a la docencia y trabajo en un instituto de educación secundaria, en este país. Y no, yo no tengo privilegios.

El sueldo que cobro es un derecho que me gano honradamente con mi trabajo. Está regulado por un convenio en el que participan y firman todas las partes interesadas. Es transparente, cualquier ciudadano puede saber lo que cobro. Hacienda conoce perfectamente mis ingresos, en mi declaración no cabe el fraude ni la picaresca. Mis ahorros, pocos, están en entidades bancarias completamente controladas por el estado, y no en paraísos fiscales. Me levanto todas las mañanas a las seis y media para ir a trabajar. Cuando regreso estoy cansada, porque, aunque no lo parezca, este oficio es agotador. Diariamente doy cuenta de mi trabajo primero a mis alumnos y por supuesto a sus padres, luego a mi director y, si es preciso, al inspector de mi zona, porque yo sí tengo jefes.

Obtuve mi puesto de trabajo aprobando una oposición, que por si alguien no lo sabe es una prueba muy dura, y no hubo enchufismos de ninguna clase.

Si tengo que ir a trabajar en coche, el vehículo es propio y pago la gasolina, yo no tengo coche oficial ni chófer. Si he de quedarme a comer, me pago la comida, yo no cobro dietas. El café y el almuerzo corren por mi cuenta, y hasta los bolígrafos rojos que gasto para corregir los ejercicios de mis alumnos los compro con mi dinero. Los libros de texto y de lectura que necesito para trabajar, de momento, nos los ceden gratuitamente las editoriales, tampoco les cuestan un euro a la Administración.

No, yo no tengo privilegios. Alguien podrá pensar que disfruto de un mes de vacaciones más que el resto de mortales. Pero durante el curso escolar trabajo prácticamente todos los domingos, y cuando no trabajo en domingo es porque lo he hecho en sábado. Si cuentan todos estos días, verán que suman más de 31, que son los que tiene el mes de julio.

Cuando llevo a mis alumnos de excursión o de viaje, les dedico las 24 horas, dejando a mis hijos y a mi familia.

No, yo no tengo privilegios. Y sin embargo me siento privilegiada. Sí, me siento privilegiada porque considero que mi trabajo es muy importante y valioso y realizo un servicio social. Me siento privilegiada cuando veo crecer y madurar a mis alumnos, los veo superar sus dificultades y aprender, y yo estoy ahí ayudándoles, aunque solo sea un poquito. Me siento privilegiada cuando mis alumnos me saludan por la calle, casi siempre con una sonrisa y cuando hablo con sus padres con la cordialidad propia de quienes comparten objetivos. Me siento privilegiada cuando encuentro a antiguos alumnos y me hablan de sus vidas, de sus éxitos y sus proyectos. Y sobre todo me siento privilegiada porque trabajo rodeada de extraordinarios profesionales que se dejan la piel día a día para llevar a buen puerto esta nave que la Administración se empeña en hacer zozobrar.

Sí, estos son mis privilegios, pero puedo asegurarles que no le cuestan ni un euro al contribuyente.
Con todo, no crean que quiero ponerme medallas, nada más lejos. En el fondo me siento como el siervo inútil del Evangelio, al fin y al cabo solo cumplo con mis obligaciones. Pero es importante no confundir derechos con privilegios.

Los recortes en Sanidad y Educación son recortes en derechos y no en privilegios. Que no os confundan. No veáis enemigos donde hay amigos, ni verdugos donde hay víctimas como vosotros. Confundir es un arma del poder para camuflar al verdadero culpable.

Con todo lo que está cayendo sobre los docentes, lo que más me duele no es la pérdida de poder adquisitivo, sino el menoscabo moral al que se nos está sometiendo. Solo pido a la sociedad, respeto.
A los políticos, honestidad, porque muchos han olvidado el significado de esa palabra, si es que lo conocieron alguna vez. También les pido valentía, porque pisotear al débil es de cobardes. Los culpables de esta crisis son mucho más poderosos que nosotros y sí tienen privilegios, que lo paguen ellos.

Por la dignidad del docente, que es lo que no nos pueden quitar."


Fuente: elliberalescandalizado

8 comentarios:

Anónimo dijo...

La sanidad y la educación no es gratuita como siempre dicen. La pagamos tod@s y con 5.000.000 de parados entre los que me encuentro, pues como que algo habra que ajustar.Con las subidas de impuestos sigue sin llegar para todos. Es una realidad les guste o no.

Anónimo dijo...

Sí, sí los funcionarios son unos privilegiados. Tienen un estatus del que el resto no disfrutamos. Por mucho examen que hayan aprobado no tenemos porque seguir aguantado esa carga. No son 4 políticos los que piensan así, muchos ciudadan@s creemos que ese sistema de privilegios debe terminar.

El blog que te hará pensar dijo...

Yo pienso que el sistema de funcionarios está mal. Tendría que revisarse el trabajo que hacen los profesores y, al igual que en cualquier empresa, si lo haces mal que te echen.

Anónimo dijo...

Hombre el sólo hecho de ser funcionario te da un privilegio y es la estabilidad laboral de por vida. Está claro que para todo lo demás, como dice la persona que ha escrito la carta, no tienen ni más ni menos privilegios que cualquier otra persona. Pero cualquier entidad debería de tener una minima flexibilidad en redimensionarse para ajustarse al servicio que ha de proveer, y en el caso del funcionariado es inflexible de cara a ampliarse debido a los concursos-oposición, e imposible de cara a disminuir su volúmen.

Consecuencias de esto: Temporalidad, contrataciones como personal laboral y temporal cuando realmente se necesita un puesto indefinido, pérdida de eficiencia, sobredimensionamiento de estructuras... Todos conocemos casos, tanto de un lado como de otro: Profesores de universidad cuya única labor docente es dar una clase de problemas de una hora a la semana, y profesores de instituto que dan asignaturas enteras a cursos enteros durante años pero sus contratos son por 10 meses de Octubre a junio, renovándose cada año. Esto no puede ocurrir.

David Piqueras dijo...

HAY UNA COSA QUE AUN NO HAN ENTENDIDO LOS FUNCIONARIOS: La entidad privada (empresas, etc) produce el P.I.B y la entidad publica lo gestiona, hasta aqui todo bien.... Los funcionarios se agarran al derecho de su oposicion que aprobaron, los de la entidad privada, han tenido que currar mucho igual que los funcionarios, superar pruebas, presiones, etc para llegar ahora a la nada, a estar en la calle. A los empleados de privada no se les ha dado la opción de bajarles el sueldo un 10% o quitarles la paga extra. Lo menos que tendrían que hacer es no quejarse tanto y ser más sensible a las necesidades de los demás. Los funcionarios tienen sus derechos y privilegios que se han ganado pero los de la entidad privada tambien, solo que cuando se hunde el barco son los que han echado la madera al fuego los que primeros se hunden. saludos cordiales.

El blog que te hará pensar dijo...

Esto da para un gran y amplio debate, me gusta que déis vuestras opiniones :)

Anónimo dijo...

No discuto en absoluto lo que trabajan los profesores, ya que tengo familia que está ejerciendo, y desde luego aseguro que no se puede echar en cara los dos meses de vacaciones, ya que no son tales...hay infinidad de trabajo que se hace los fines de semana e incluso en mes de Julio aunque no haya que asitir al centro.
Por otro lado, veo que nuevamente se echan cosas en cara los del sector privado y los del público.
Entiendo ambas posturas, lo que no entiendo es que esteis permitiendo que se genere una rivalidad entre los dos sectores, cuando ambos deben ir por el mismo camino. Me entristece ver como compañeros de profesión, aunque en diferente "bando", son capaces de dejar de lado su vocación, para centrar sus esfuerzos en criticar posiciones de las que ninguno de ellos es culpable ni responsable.
Efectivamente habría mucho de que hablar...pero me apena ver que muchos lo hacen desde la posición de "yo llevo la razón, y no te quejes tanto"...

El blog que te hará pensar dijo...

Muy buen punto de vista "Anónimo", no lo había visto así y es verdad, muchas veces nos ponemos en un bando u otro y en vez de criticar el sistema criticamos a nuestros compañeros.

Gracias :)

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