martes, 22 de diciembre de 2015

¿Por qué no nos fijamos en Soria en vez de en Finlandia en la Educación?

¿Cuántas veces han escuchado citar a Finlandia como modelo educativo? ¿Y por qué? Porque es el país europeo que mejor lo hace en PISA, el informe internacional de la OCDE que evalúa los sistemas educativos mediante test a los alumnos. En estos últimos años en los que, afortunadamente, la educación ha ocupado más el debate público que antes, muchos eran los que sacaban ejemplos del modelo finlandés dependiendo a veces, eso sí, de la ideología:  el máximo respeto a la figura del profesor, una dura selección de los aspirantes que quieran enseñar, la celeridad en detectar a los alumnos que necesitan apoyos, la gratuidad de todos los colegios, la posibilidad de que sea el centro docente el que elija a sus profesores....Pero, ¿cuántas veces hemos escuchado hablar de Soria como ejemplo educativo? Pocas, ciertamente. Y se lo podría merecer. Si se extrapolan los datos que consigue Castilla y León en la prueba internacional, Soria sale  muy bien parada. En realidad, Castilla y León, en el último informe PISA, ocupaba el podio de las tres categorías que se medían: comprensión lectora, matemáticas y ciencia. Y no está nada lejos de las puntuaciones de Finlandia.


Una de las conclusiones del Informe respecto a España es que "existen alrededor de 55 puntos de diferencia entre las comunidades españolas con un mayor y menor rendimiento educativo, el equivalente a casi un año y medio de escolarización". Vean  pues Castilla y León y comparen con la cola de las gráficas.

¿Qué se puede aprender de Soria? Complicado saberlo en un país con cierta tendencia al pensamiento mágico de confianza solo en las leyes. Al fin y al cabo, en Soria existe la misma ley educativa que en el resto del país. Aunque con matices, según apuntan fuentes oficiales de la Consejería de Educación: "En 2000, cuando se realizó la transferencia completa de las competencias, en Castilla y León, a la hora de decidir qué hacer con las horas de libre configuración, se apostó decididamente por las matemáticas y por el inglés".
 
Inés Soria -sí, como su provincia-es jefa de estudios del Instituto Antonio Machado, un espectacular edificio  del barroco fundado por la Compañía de Jesús y que hoy es de titularidad pública. Esta profesora, ingeniera industrial de 42 años, cree que hay mucho de factor cultural, muy propios de esta región y de Soria. "Esto es muy pequeño, nos conocemos todos. Eso significa que la cercanía entre padres, alumnos y profesores es muy grande y eso es un pilar fundamental". Fuentes de la Consejería explican que, en Soria, en total, apenas hay 13.000 alumnos desde infantil a los bachilleratos, incluidos los módulos de FP.

El Antonio Machado es muy activo en las redes sociales y se puede apreciar, confirma esta profesora, que existe un "espíritu del centro". Organizan muchas salidas. Eso se consigue con horas de los profesores fuera de lo estrictamente obligado. Ella, por ejemplo, se está volcando ahora con las enseñanzas a distancia para aquellos chavales que viven en el campo y a los que les es muy difícil trasladarse de manera permanente a Soria ciudad.

El campo es un factor decisivo, según fuentes oficiales: "Desde siempre, los padres transmiten a los hijos que, o estudian, o la alternativa es el campo. Si no hay otras posibilidades, la gente estudia. Aquí no pasa como en Andalucía o Baleares, que podían tener hace años la obra o los trabajos del turismo. Siempre se ha empujado a los niños a estudiar como manera de mejorar". El secreto en los Campos de Castilla, que sosegaron a Machado, profesor en el Instituto.

Además, cuenta Inés Soria, "hay que creer en los alumnos y que los profesores estén entusiasmados con lo que hacen.  Nosotros seguimos a los alumnos en las redes sociales y eso nos da pistas. El otro día vi lo que comentaban sobre el debate electoral y eran críticas muy maduras, por ejemplo". En el Antonio Machado leen la prensa y tienen un gabinete encargado de transmitir lo que se hace en el centro.

Cuando ven que algunos alumnos dejan de venir a clase, se preguntan enseguida qué ocurre. "Tenemos programas de mejora del aprendizaje pero también es importante ir a lo personal, preguntar qué le pasa, por qué no quiere venir", dice Inés Soria. Precisamente, uno de los secretos de Finlandia es lo rápido que se reacciona cuando observan problemas de algunos alumnos.

¿Les deja la Consejería bastante libertad a cada centro? "En general, lo que tenemos es la sensación de tener a la inspección de nuestro lado, de que trabajamos con ellos, no para ellos. Creo que eso marca una diferencia. Si nos dan cierto margen de libertad es porque saben que es para mejorar", explica.
Las plantillas son bastante estables y eso hace más fácil el trabajo: "Sabemos quiénes pueden hacer más y les ponemos a hacer un proyecto de investigación. Conocemos de qué pie cojea cada uno y así intentas darle salida a los alumnos que tienen inquietudes más especiales".

Además, en Soria, sigue explicando la profesora, hay una clase media que no fluctúa mucho. No es una ciudad con problemas muy  graves. Hace frío y, en los meses en los que se hace de noche pronto, en las calles no hay  mucho que hacer, según coinciden en señalar la profesora del Machado y las fuentes de la Junta de Castila y León.

En los colegios, hay bancos de libros solidarios, para que no haya que comprar nuevos todos los años.
Y existe la figura curiosa del profesor itinerante, que va por las distintas escuelas rurales. "No hemos cerrado escuelas rurales. Las mantenemos abiertas con cuatro alumnos. Allí donde hay ese número de niños, allí hay una escuela", explican en la Consejería. Y a esos profesores que distribuyen su tiempo  por las escuelas dispersas se les premia más adelante en la posibilidad de elección de destino. Es una manera de incentivar, ahora que tanto se habla de los estímulos a los profesores que más se esfuerzan. Ellos van con sus coches. También hay cientos de rutas escolares, a veces en minibuses o incluso en coches todoterreno.

El "caso Soria", como se explicaría en una escuela de negocios, da para iniciar un debate sobre qué es más importante, el ambiente cultural o los sistemas educativos, algo que se puede aplicar también a los niños asiáticos.

Lo que está claro es que los niños sorianos no nacen con una inteligencia distinta a los del resto de España, ni tampoco más parecida a la de los finlandeses. A lo mejor habría que estudiar mejor de lo que ha hecho este post qué ocurre en esos colegios e institutos. Pilla más a mano que Finlandia. Camino a Soria, que cantaran los Gabinete Caligari.

Fue Gregorio Luri el primero que me hizo notar esta anomalía en el informe PISA para España. Este blog, Mejor Educados, toma el título de uno de sus libros. Desde hoy, intentaremos ir descubriendo claves que puedan lograr que este país esté mejor educado.


Fuente: elmundo

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola. tienes toda la razón pero no conocía que en Soria tienen esos buenos resultados. De todas formas este centro es privilegiado porque por lo que leo sólo tienen 13.000 alumnos y eso es un punto a favor para apostar por una educación personalizada. De todas formas deberíamos tomar ejemplo del método de enseñanza que alican y seguir su ejemplo para mejorar los resultados de nuestros alumnos. Seguimos en contacto

Paula dijo...

Sencilla y suavemente realista. Gracias

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