Y eso que llega el día de la graduación de 2º de bachillerato, el último día de los chicos en el colegio, su último día después de pasar aquí algunos desde los tres o cuatro años, donde han pasado millones de momentos buenos y algunos malos, donde han crecido juntos y se han convertido en los hombres y mujeres que son ahora, y después de todo el trabajo hecho con ellos, que no ha sido poco, tienen el maravilloso detalle de regalarnos a cada profesor un diploma personalizado con una dedicatoria.
Y entonces es cuando entiendes que todo el trabajo hecho con ellos ha merecido la pena.
Todas las clases explicando y resolviéndoles dudas.
Todos los exámenes puestos para que dieran lo mejor de sí mismos.
Todas las palabras de motivación para que dieran el máximo.
Todos las fichas de ejercicios de PAU hechas personalizadas para practicar los ejercicios que peor llevaban.
Todos los vídeos que les puse para que entendieran lo que era el esfuerzo y la superación.
Alguna que otra lágrima por algún suspenso o nota más baja de lo que esperaban.
Las alegrías por sacar esa gran nota y ver que todo el trabajo ha merecido la pena y ha dado sus frutos.
Las discusiones por las correcciones de los exámenes.
Todas las clases de preparación de PAU para afianzar y repasar lo aprendido.
Y entonces es cuando entiendes que todo el trabajo hecho con ellos ha merecido la pena.
Que les has dejado huella.
Que les importas.
Que te tienen cariño.
Que les importa lo que les dices.
Que han aprendido contigo.
Y no sólo de tu asignatura, sino de la vida.
Que tú también has aprendido de ellos.
Que se van a acordar de ti.
Y que tú también te vas a acordar de ellos.
Chicos, disfrutad del verano que os lo merecéis, disfrutad que habéis trabajado mucho y ahora viene la recompensa. Seguid así y haced algo grande en el futuro, haced algo bueno, para que el resto del mundo sea más feliz y así seréis también más felices vosotros.
¡GRACIAS!