Timothy Olson pasó de las drogas y la cárcel a vencedor de la Western States 100 una carrera de ultrafondo de 161 km.
Timothy Olson se alzó con la prueba de mayor prestigio de los Estados Unidos, pero detrás hay una historia de superación, ya que Timothy superó su adicción a las drogas y una estancia en la cárcel gracias, en parte, al trail running.
14 horas, 46 minutos y 44 segundos. Esas tres cifras estarán para siempre en la memoria de Timothy, y es que con este tiempo se convirtió en el ganador de la Western States 100; además, este tiempo será, al menos durante un año, la mejor marca de la historia en la prueba más prestigiosa de los Estados Unidos. Todo un logro para este ultrarunner, sobre todo si tenemos en cuenta la historia que Olson lleva a sus espaldas, en la que se entremezclan las drogas y un paso por la cárcel.
Con apenas 28 años, Olson ha conseguido grandes cosas en el trail running norteamericano, pero su historia comienza hace unos años, en su época del instituto, cuando “entré en una época confusa de mi vida, en la que luchaba entre quién era, quién quería ser y simplemente el quererse a uno mismo. Empecé a experimentar con el alcohol y las drogas, intentando encajar, aunque siendo alguien muy tímido e inseguro”.
“Era bastante fácil para mí disfrutar ese nuevo yo en el que me convertí en un adicto al alcohol y otras drogas que me ayudaban a conseguir no preocuparme por lo que los demás pensaran de mí. Esa falsa confianza me llevó a tomar muchas pobres decisiones que destrozaron mi cuerpo y me hicieron acabar en la cárcel por posesión de drogas hace unos diez años”
Entonces fue cuando correr entró en la vida de Olson; “correr fue mi salvavidas. Primero corrí para dexintoxicarme, luego para olvidar y luego para encontrar paz. Corrí porque era lo único que podía hacer, lo único que me curaba. No cambié del día a la noche, pero tras lograr la sobriedad, corría a diario, campo a través o en la pista de mi antiguo instituto”.
Esa época entrenando en el instituto supuso un gran cambio en la vida de Timothy; “empecé a entrenar a algunos chicos, haciendo que correr fuera divertido para ellos. Fue una gran bendición para mí. Luego comencé a correr por los campos de trigo, algo que era liberador, mucho más que ir andando por las calles pasado de ácido. Acabé graduándome en la universidad”.
Su siguiente punto de inflexión fue un viaje a la zona oeste de Estados Unidos; “fui con mi perro. Disfruté mucho en los caminos al llegar a Colorado, durmiendo bajo las estrellas en lugares como el gran cañon del Colorado. Aún no conocía el Trail Running, pero sabía que estos paisajes eran en los que yo quería vivir”.
Fuentes: desnivel.com
2 comentarios:
Me motivan estas historias...ya estaré yo, allí tocando una cima más alta... Buen aporte.
¡Gracias! Bonita historia sí señor :)
Publicar un comentario