- 1ª Etapa: Sarria – Portomarín (22,4 km) 09/08/2011: tras pasar una noche algo mala y dormir en un polideportivo con roncadores profesionales y empezar a descubrir la gran utilidad de los tapones de los oídos comenzamos a despertarnos porque la gente comenzaba a recoger sus mochilas y a empezar a salir a andar. Teníamos pensado levantarnos sobre las 6:30 pero al ver que a las 5:30 ya había movimiento y estábamos despiertos, empezamos a prepararnos.
Después de calentar las piernas empezamos a andar. Nos paramos en un bar a desayunar a los 10 minutos de andar, cosa que luego aprendimos que era mejor hacerlo más tarde para no cortar tanto el ritmo, y comenzamos a andar realmente a eso de las 7:15 de la mañana.
Fue una etapa preciosa, con unos caminos muy bonitos, un tiempo increíble, pasando por maizales, puentes, campo, casas en el interior de Galicia con granjas…súper bonito…Empezamos con un ritmo muy muy flojo pero a la hora y media o así ya empezamos a tomárnoslo más en serio y subirlo. Había mucha gente y adelantamos a varias personas…siempre diciendo el típico “Buen camino” o un "ánimo", o "hasta luego" al pasar a su lado.
Nos dividimos en grupos y eso al final es lo bueno…que cada uno coja su ritmo y ande con los que van a su misma velocidad. Porque al final andar tantos kilómetros si no estás acostumbrado es duro y si vas más lento de lo que tu cuerpo te pide vas a ir bastante mal…al igual que si vas más rápido…tienes que encontrar tu ritmo e ir con él.
En mi caso yo empezaba bastante tranquilo las etapas y después de hacer el primer descanso, luego cogía algo de ritmo, mi cuerpo estaba más caliente, las ampollas ya no se notaban casi y empezaba a tirar y aumentaba el ritmo al final de la etapa. Otros, en cambio, empezaban muy fuerte y luego iban bajando el ritmo según iba pasando la etapa…tienes que encontrar tu ritmo e ir acostumbrándote a él.
La llegada a Portomarín (la de la foto), quitando la de Santiago, es la más espectacular porque es una bajada bastante dura en la que vas viendo el pueblo y un puente que cruza el río Miño y hay una vista increíble…es precioso. Al llegar nos pusimos en la cola de un albergue público y allí empezamos a conocer a gente muy maja. Tuvimos un pequeño problema en el albergue porque no entramos en ese y nos tuvimos que ir a otro pero bueno, al final lo conseguimos pese a separar el grupo, algo que vimos que no era buena idea, ya que siendo 9 personas había muchas opiniones y discusiones para ponernos de acuerdo y teníamos que estar todos juntos. Físicamente estuvimos todos bien y nadie tuvo ningún problema a parte del cansancio normal en los pies.
Esto no había hecho nada más que empezar...¡¡estábamos listos para la segunda etapa!!
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