lunes, 22 de octubre de 2012

Creamos en nuestro discurso

Como cualquier actor que representa un papel ante la cámara, primero debe persuadirse a si mismo para poder persuadir a los demás. Primero debe aprenderse y creerse lo que dice para que aquellos que le vemos a través de la cámara podamos también creerle.



Así mismo cuando una persona debe hacer una exposición oral ante un nutrido grupo de oyentes tiene que encontrar el modo de conectar forma directa con el tema del que va a hablar. Esto lo puede hacer mediante una investigación más exhaustiva o mediante la imaginación.

Si queremos que el público se crea lo que estamos diciendo, tendremos que aprender a creer nosotros mismos en ello.


Incluso aunque el discurso lo hayamos escrito nosotros mismos, tendremos que encontrar la forma de que al explicárselo a nuestro público parezca que es la primera vez que lo contamos, ya que para ellos es así. Para eso hay que hilar bien las cosas, reforzando y explicándolas como si las estuviéramos recordando. Para que resulte creíble e incluso interesante tenemos que expresarlo con una conexión íntima.


Para lograrlo tenemos que utilizar la memoria sensorial y el recuerdo emocional y así conseguiremos que el público se meta de lleno en la historia que les estamos transmitiendo.


Muchas veces nos puede tocar exponer en público un tema que resulte de nuestro interés ni de nuestro gusto. Eso sin darnos cuenta se transmite, por lo tanto debemos hacer un trabajo previo para lograr que nos interese. Puede ser leyendo opiniones contrarias a la nuestra sobre el tema o recopilando aún muchas más información hasta conseguir que el tema nos envuelva.


Si se trata de un encargo y el tema es el tema, no queda otra opción que la de entusiasmarse por el mismo y transmitirlo. A los oyentes les transmitimos aquello que nosotros mismo estamos sintiendo o pensando. Si el tema me aburre ellos también se aburrirán, si estoy nervioso ellos también se impacientarán y si por el contrario el tema me resulta de gran interés haré que a la mayoría de ellos les parezca digno de ser atendido.


Hay personas que tienen el don de comunicar. En sus manos incluso el tema más mundano se convierte en el documental más interesante de escuchar. Sin embargo para la mayoría de nosotros la acción de contar y que lo que contamos sea escuchado requiere de trabajo.


Para ello se pueden usar diferentes recursos:


-Hacerlo como si se tratara de un discurso de motivación que realiza un entrenador de fútbol hacia su equipo el día de la final.


-Por otro lado habría que involucrarse físicamente, para ello da 15 saltos y cuéntalos antes de entrar en el escenario, de ese modo tu cuerpo y voz entrarán en escena con una energía vocal alta y adecuada para captar el interés de los oyentes.


-Para terminar otro recurso a tener en cuenta sería el de entrar en escena con una buena sonrisa. Aunque el tema a tratar sea serio, en ciertos momentos a lo largo de la charla debemos conectar con nuestros oyentes, y no hay mejor manera que con una leve o marcada sonrisa, dependiendo del momento.


Por Iluminada Garcia


http://www.pnlnet.com/creamos-en-nuestro-discurso/

3 comentarios:

Diana Alonso dijo...

Consejos muy interesantes, me gustó mucho el artículo :D

El blog que te hará pensar dijo...

Me alegro Diana :)

Potter dijo...

Totalmente cierto, si no me lo creo yo lo que estoy diciendo, como voy a pretender que lo crea el publico?!?!

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