Podría decir que es mío pero no, esto lo copié de un blog que se llama "El mundo de Armandilio" que me gusta mucho y habla de psicología, sociología, como educar a los niños y demás cosillas. Os lo dejo aquí porque lo he leído y pienso exactamente igual y es un pensamiento que ronda por mi cabeza de vez en cuando...estaría bien comenzar el año pensando aunque fueran unos minutos en esto...
Pues nada, que se acaba el año, que seguramente, esta vez sí, se acaba el mundo. Me lo dijo un niño de 7 años hace unos días: "han dicho que el 31 por la noche se acaba el mundo" y esta vez casi me lo creo...
Porque quién sabe, quizás un día se acabe de verdad. No en plan explosión, ni en plan deshielo. Ni siquiera el sol desaparecerá ni un meteorito nos extinguirá.
El mundo se acaba porque cada día más gente muere. Y no hablo del morir-fallecer, de ese que en polvo te conviertes. Hablo del morir-no vivir, ese en que vives casi sin quererlo. Ese en que cagas de pie porque no te da tiempo a sentarte, en que tienes hijos a los que no conoces, en que vives para trabajar sin disfrutar de lo que haces, ese en que llegas a tener 30, 40, 50 y 60 años, te das cuenta que la vida pasa cada vez más rápido y que te has perdido muchas cosas en el camino.
Si hay una cosa que temo, casi más que la muerte (la que te vas y no vuelves) es llegar a viejo, echar la vista atrás y tener la sensación de que no has vivido. Lo temo, porque no quiero llegar a los 80 años pidiendo una segunda oportunidad. Una nueva vida para vivirla de otro modo.
Así que tú, que estás leyendo esto, detente un par de minutos y piensa...¿estás viviendo realmente tu vida?
"La felicidad no es un destino, es una trayectoria"
¡¡¡¡FELIZ 2011!!!!