jueves, 9 de enero de 2014

El tonto del pueblo

Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el tonto del pueblo. Un pobre infeliz, de poca inteligencia, que vivía de pequeñas dádivas y limosnas.
Diariamente ellos llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una grande de 400 reales y otra menor, de 2000 reales.
Él siempre cogía la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.



Cierto día, alguien que observaba al grupo le llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda mayor valía menos.

- “Lo sé”, respondió, “no soy tan tonto”. Ya sé que la que cojo vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el jueguecito acaba y no voy a ganar más mi moneda”.

Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:

La primera: Quien parece tonto, no siempre lo es.
La segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos tontos de la historia?
La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos.
 
Pero la conclusión más interesante es:

Podemos estar bien, aún cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros mismos. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotros, si no lo que uno piensa de sí mismo.
El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser inteligente.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Buena historia, gracias por compartirla.

Anónimo dijo...

O tambien podria ser...que no por mucho conocimiento intelectual...tendrás mas sabiduria....es importante el conocimiento de uno mismo para saber que esperar de los demas

Unknown dijo...

Estoy totalmente de acuerdo. Muchas personas pasan por esta viva dándoselas de que son listos y que se las saben todas y realmente lo que son es personas vacías y la única herramienta que tienen es el ataque.

Anónimo dijo...

Muy buena historia . Gracias. Me encanta tu blog

tutorialumnos@gmail.com dijo...

Hola, me llevo este prestado este cuentecillo... me gustaria compartirlo con mis alumnos. gracias y un saludo

El blog que te hará pensar dijo...

¡Por supuesto!

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