John Howell, profesor de Física de la Universidad de Rochester en Nueva York, que ha construido, con la ayuda de su hijo Benjamin, de 14 años, una nueva capa de invisibilidad. El ingenio funciona con espejos y sorprende por ser en verdad sencillo y barato -padre e hijo apenas se han gastado 150 dólares (unos 113 euros) en el proceso-, pero es capaz de ocultar al ojo humano, en todo el espectro óptico, algo tan grande como una persona.
Howell y
su hijo explican la forma en la que desarrollaron su dispositivo, del
que crearon tres modelos distintos. Y no puede ser más básica. No hay
metamateriales inteligentes ni ningún componente muy sofisticado, sino un acertado camuflaje óptico de lentes convencionales
-les costaron solo tres dólares- y espejos comprados en tiendas de bajo
coste que dirigen la luz alrededor de la región del espacio que quieren
ocultar. La técnica, reconoce el físico, puede sonar familiar a los
aficionados a los trucos de magia. Los resultados son impresionantes,
como puede verse en el vídeo sobre estas líneas, donde Benjamin y su
hermano pequeño Isaac desaparecen, en efecto, como por arte de magia.
Fuente: abc
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