Mis recuerdos de Luis son imborrables. La convivencia con él siempre fue fantástica. Era el que mandaba y eso estaba claro, pero siempre estaba muy cerca de los jugadores. A pesar de la diferencia generacional, se integraba en el grupo como uno más, con total sencillez y naturalidad.
Tras el Mundial de Alemania la situación en la Selección Española era complicada. El equipo no obtuvo el resultado esperado, pero Luis consiguió que todos creyéramos en el siguiente objetivo. Nos inculcó a todos que el siguiente reto podía ser el bueno, que disponíamos de una oportunidad única para hacer historia. Y así fue…
A medida que pasaban los partidos en la Eurocopa de Austria/Suiza, nos fue inculcando a diario una mentalidad ganadora que caló en el grupo. Cambió a la Roja por completo en este aspecto. Yo, personalmente, no olvido que ante Italia lancé el penalti que acabó siendo decisivo. Luis no dudó de mí en ese importante instante y siempre se lo agradeceré.
Fue seleccionador, entrenador y también líder. Siempre salió en defensa del equipo cuando tocaba hacerlo. Todos los futbolistas nos sentimos siempre protegidos y valorados por él. Cuando tocaba echar una bronca al equipo o a algún jugador no se cortaba, pero todos le respetábamos porque sabíamos que daría la cara por cualquiera de nosotros cuando tuviera que hacerlo. Nunca le olvidaré."
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