domingo, 6 de febrero de 2011

National Geographic

Aquí os dejo una reflexión de alguien que sabe mucho del estudio sociológico de las personas, sobre todo de hombres y mujeres a la hora de ligar y aquí su reflexión.

Cuanto más tiempo pasa más me doy cuenta de una cosa... Y esa la de que los humanos, especialmente dividiéndolos en hombres y mujeres, no nos diferenciamos tanto de los animales como la gente piensa...
Especialmente a la hora de ligar.

Si estás en una discoteca se puede observar este fenómeno de forma clara: las hembras, algunas en celo y otras por querer demostrar al resto de su grupo que son la mejor hembra para ser fecundada, intentan que los machos se fijen en ellas. Muestran sus plumas cual pavos reales, se colocan estratégicamente al lado del grupo de machos que mejor ven ellas que podría fecundarles y se ponen a contonearse para que ellos fijen su mirada de entre todas las hembras de la zona, en ella exactamente. Este hecho ocurre también aunque la hembra ya esté siendo fecundada por otro macho, ya que a veces, no es cuestión de perpetuar la especie, sino de demostrar a su grupo que ellas siguen siendo las líderes con respecto a los machos...

Al fin y al cabo, es como digo, una cuestión de orgullo propio, destacar grupalmente y socialmente.

Ellos, también tienen que mostrar sus plumas y sus dotes de macho para ver si la hembra les muestra su trasero, muestra así de su interés por compartir la fecundación. El caso es que el ritual es un poco diferente. Mientras que ellas siempre suelen estar en grupo, sin separarse, yendo incluso juntas a compartir actos íntimos... Ellos pueden acceder a la zona juntos, y luego separarse durante largo período de tiempo. No se sentirán molestos por ello (a diferencia de ellas), y es ahí cuando empieza su rito de seducción. Los machos localizan a su hembra y empiezan a realizar un estudio de ella y de cómo dirigirse a ella, si de frente, por el flanco, por detrás, incluso podrían optar por crear contacto primero con una compañera suya...

La hembra que tiene localizados a todos los machos del lugar, sabe perfectamente cuando uno de ellos está interesado en ella, ya que su mirada felina, astuta y, un poco sucia, le delata... Ahí es cuando la hembra, (tenga o no tenga macho estipulado para realizar el acto sexual con asiduidad, y especialmente si el mismo no se encuentra en el lugar) hará por transmitirle al macho su interés o no por él. Pero lo hará muy sutilmente, con miradas, con gestos de su cuerpo, se contoneará para él, le mostrará su cuello, le seguirá mirando... Son señales que, aunque el macho no sea consciente de ello, las percibe como tal. En este caso, habrá muchas ocasiones en las que aun si la hembra no está interesada en la copulación con ese espécimen, la hembra hará el ritual de gestos seductores, únicamente por el hecho de demostrar a su grupo social, que hay machos interesados en ella. También aquí puede darse el motivo de aburrimiento, o incluso el que le traiga algún tipo de manjar.

La hembra dejará al macho acercarse y podrá entablar relación con él o no. Aquí hay un punto interesante que resaltar ya que, mientras que el macho pensará que es él el que está consiguiendo a esta hembra, será ella la que le permita a él entablar un intercambio de gestos, voces, e incluso fluidos. Pero dejando a él que piense que ha sido un logro suyo (también para aumentar su ego como macho de la manada y demostrar a su grupo social que él puede conseguir cualquier hembra que se precie).

Siempre serán ellas las que decidan entablar un contacto directo con ellos, siempre serán ellas las que determinen hasta donde llega el intercambio de gestos, voces y/o fluidos. Pero siempre harán porque el macho piense que es él el que lo ha logrado.

Debido a que la sociedad animal de hoy en día está estructurada de esta forma (machos atacan, hembras son elegidas) existe mucha envidia entre las mismas y en ellos lo contrario (admiración, felicitaciones, alegría). Ya que debido a esa estructura, cuando dos animales consiguen la fecundación, el macho habrá ido a por ella y de entre todo el grupo de hembras habrá elegido a una sola. Lo cual genera en las demás un sentimiento de infravaloración, envidia, ira. Especialmente cuando esto ocurre de la misma forma con frecuencia.

En los machos, como no son elegidos y son ellos los que tienen que atacar a su hembra, es visto desde otro punto de vista. Es visto como si cada uno de los logros fuera conseguido por cada macho, por sus habilidades sociales y demás variables. Por ello que la repetición continuada en el tiempo, si bien podría generar cierta envidia entre sus compañeros de grupo, no se acerca lo más mínimo al sentimiento de "querer destacar" de ellas y de la envidia por la hembra líder.

Desde un punto de vista social podríamos decir que la hembra que periódicamente atraiga a más machos, podrá autoelegirse como líder del grupo o ser elegida por sus compañeras, ya que gracias a ella, otros machos son atraídos al grupo. O bien también podrá ser causa de envidias, ira, críticas y finalmente, la expulsión de la manada o el enfrentamiento directo con alguna otra hembra de la manada.


Por todo esto, deduzco que la sociedad hoy en día sigue guiándose en todos los ámbitos por estos instintos animales que todavía tenemos en nuestro profundo y bien asentado cerebro reptil. También ha ayudado en gran parte la estructura de la sociedad y los valores sociales de pertenencia grupal y destacar por encima de todos.

Cada día tengo más claro que todas las envidias que se crean entre las hembras humanas son debidas en la gran mayoría de casos por el hecho de que destaquen de entre todas las demás en el círculo en que se muevan (laboral, social, etc.). Por ello también la existencia de un gran número de hembras a la hora de realizar tareas de grupo, dificulta en gran parte la tarea en sí, ya que les cuesta centrar su atención en la tarea sin seguir queriendo destacar de ese grupo. En cambio los machos, al depender de ellos mismos como decíamos, el conseguir una hembra, no se preocuparán de estos aspectos y podrán centrar mejor su atención en el objetivo a conseguir. Sin mencionar por ello, las envidias que en un grupo y en otro se van (o no) generando con el tiempo.

3 comentarios:

Feliun dijo...

jajajaja,joder,grandisimo! Me ha encantado y comparto todo lo que dice: seguimos siendo unos animales.

El blog que te hará pensar dijo...

Jejeje, me encantaría comentar esto juntos tío porque da para una charla muy larga.

¿¿¿Sabes quien escribió esto??? Uno que anda por tierras inglesas ;)

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Esto es totalmente cierto!!! Me he reido mucho aun siendo chica pero es que es toda la verdad somos unas perras y a la hora de ligar mas.

Yo tambien he hecho eso de acercarme a un grupito aun teniendo novio mola que se fijen en ti y quedar por encima de tus amigas.

Es triste pero es verdad todo lo que dices del curro. En mi departamento eramos todo tias y cuando llegaron dos tios se relajo mucho mas la cosa y se trabajo mucho mejor

besos y que me encanta esta entrada!! Enhorabuena que escribas cosas super interesantes!!

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