martes, 30 de septiembre de 2014

Pedro Gª Aguado, se hunde ante Risto Mejide: "Me jodí la vida"

Risto Mejide: ¿Qué hiciste? Te echan de la selección y sigues de fiesta.

Pedro Gª Aguado: Me echan de la selección. El libro que publiqué en el 2008 era 'Mañana lo dejo'. La mentira que me decía siempre. Me casé en 1994 y me separo en 1998. En ese año, conozco a una persona del mundo de la noche de Barcelona. Dejé mi casa y a una niña de ocho meses. Me da igual todo. Pienso que me voy porque mi mujer no me deja consumir cocaína. Le digo que ella me tiene que aceptar tal y como soy. Mi hija se queda con ella en casa. Casi no llego ni al bautizo. Pasan dos años y pierdo la cabeza. Del 98 al 2003, es la debacle. Voy a la olimpiada de 2000 y nace mi hija pequeña. Me duele hablar de esto. Me estas jodiendo un poco. He hablado mucho pero como si lo tuviera que vomitar. Se lo digo a la gente del programa. Estoy sintiendo. La puta droga me había hecho tanto daño, me había hecho una persona tan fría con el sistema nervioso central tan jodido, que llevo once años sin tomar nada y empiezo a despertar ahora. He hablado de esto en conferencias y cada vez que hablo de ello me acuerdo de mi hija pequeña, de mi ex mujer, de mi familia... Se supone que todo esto tenía que estar superado que son once años.

Risto Mejide: Uno no elige cuando supera las cosas.

Pedro Gª Aguado: En el 2000, juego la olimpiada y el último gol me lo mete un ruso. Vuelvo y me comunica el seleccionador no cuento más contigo. Por una parte dentro de mí, sé que lo he hecho mal. Me dices a mí pero mis amigos se quedan. A mí, no me llaman. Al no llamarme, son veranos de tres meses en los que me destrozó la vida. Tomo cocaína como un descerebrado, me opero un hombro. Los mejores momentos de mi vida me los cargué. Quiero vivir eso de forma natural. Quiero podérselo contar a mis hijas diciendo mirar lo que consiguió papá. Siento vergüenza. No era un deportista como tenía que ser. Y fui capaz de hacerlo consumiendo, imagínate si no hubiera tomado. Me jodí la vida. Vale que ahora ayuda pero cada vez que pongo un vídeo de waterpolo pienso en todo lo que sufrí cuando no tenía por qué sufrirlo. Lo único que le puedo decir a los jóvenes es que la diversión puede ser de otra manera.


Vía: cuatro

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