Un niño delante de una golosina, y ningún adulto que le vigila. Se le dice que si quiere puede comérsela, pero si se espera 20 minutos, se le dará otra. Y no puede levantarse de la silla.
¿Aguantarán los niños la tentación?
¿Cómo gestionan su angustia un niño de 4 años?
Para resistir hacen de todo: cantan canciones, se dan la vuelta, juegan con los dedos, hablan con ellos mismos...
Este experimento está estrechamente relacionado con la inteligencia emocional desarrollada en cada niño: pone a prueba su paciencia, su capacidad de automotivación y su resistencia a la frustración.
Pero...¿qué es lo que nuestro cerebro piensa para evitar una tentación como una golosina o un cigarro un fumador que está dejando de fumar?
Walter Mischel, psicólogo de la Universidad de Columbia dice que la mejor manera de evitar la tentación es pensar la nube o la golosina que está delante, no como dulce, esponjosa e irresistible, sino como una nube en el cielo, de cartón, etc. cambiando sus características.
El experimento dice que seguramente exista un vínculo entre la respuesta que dan los niños con 4 años y lo que harán de adultos. Los que no aguantan y se comen la golosina, de adultos tendrán menos facilidad para gestionar su angustia, su frustración y controlar sus impulsos.
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