Antes de morir, hay que vivir. Éste es el mensaje que Valentí Sanjuan quiere transmitirnos en este vídeo. Valentí se ha ido a Atacama (Chile) a realizar una prueba de ciclismo extrema en el desierto y en la segunda etapa le llamó su mejor amiga y le comunicó que había muerto su padre (el de su amiga Alba). Lógicamente cogió el primer vuelo disponible a España, pero no le daba tiempo a llegar al entierro. Valentí también perdió a su madre por cáncer, esa maldita enfermedad que se lleva tanta gente por delante.
Pues eso, como no sabemos cuánto vamos a estar aquí, antes de morir hay que vivir.
Con ganas.
Con muchas ganas.
Valentí Sanjuan empezó siendo un publicista con su propia agencia, pero ahora sería complicado describir a qué se dedica. Ha realizado varios Ironman, un Ultraman, y muchas carreras extremas en bici, a pie o triatlones. Hace vídeos curiosos y éste me ha gustado en especial en el que habla del amor.
Al cumplir 35 años decidió hacerse un tercer tatuaje con un significado importante para él.
Crecí en una familia donde el amor era para siempre. Mi madre se casó con mi padre, y se quisieron hasta que mi madre murió de cáncer. Compartieron sueños, e hijos e ilusiones. Fueron compañeros de vida hasta que la muerte les separó, como dice el cura. Y mi padre aún sigue locamente enamorado del recuerdo de mi madre. Mis abuelos maternos también. Hasta el punto que al día siguiente que enterráramos a mi abuelo, a mi abuela le dio un ictus. Luego vivió, pero según nos decía, ya nada la ataba a este Mundo. Mis abuelos por parte de padre igual. Una vida entera peleando juntos. Así que cuando me hicera mayor, y ahora que he cumplido 35 años creo que puedo decir que ya me he hecho mayor, pensé que cuando encontrara a la que pensaba que era la mujer de mi vida, sería para siempre. Llevo 3 tatuajes. Dos de ellos me los he hecho el día que cumplía años. Los 3 han sido justo después de perder a la que pensaba que iba a ser la mujer de mi vida. Dos de ellos han sido por la misma mujer que ya no será. Estos días no dejo de escuchar a la gente que me consuela diciéndome que la vida son ciclos. Son etapas. Son momentos pasajeros que se funden entre la multitud. Que se esfuman entre rostros desconocidos. Y que no hay nada que sea para siempre. Todo caduca. Todo muere. Todo se acaba. Yo me niego a pensar que sea así. Y que algún día encontraré a alguien con quien realmente nos querremos hasta le final. Y esto no quiere decir que no nos pelearemos. O que no habrán altibajos. O que no nos enfadaremos o decepcionaremos en algunos momentos. Pero significa que seremos un equipo. Y que cuando uno no llegue a algo, lo hará el otro. Y que cuando uno necesite ayuda, el otro le rescatará. Mientrastanto, me tatúo. Pensando que almenos lo que escribo en mi piel, eso sí que es para siempre.
Aquí Valentí Sanjuan, cuenta la historia de su vida, de cómo la muerte de su madre por cáncer le cambió su vida por completo.
Como ese día comprendió que todas las cosas que tuviera al alance de su mano las iba a coger y las que no y las quisiera, lo haría o al menos lo intentaría.
Dos meses después de la muerte de su madre le despedían de cataluña radio.
Dos meses después le despiden de una empresa que estaba montando con sus amigos.
Mes y medio después su novia le deja por un argentino.
Pierde a su madre, su trabajo, su novia, su dinero...
De todo esto aprendió algo muy valioso, que hay que vivir intensamente y hacer aquello por lo que se te pone el vello de punta.
"Creo que nunca había estado tan nervioso y emocionado. Dar charlas no es lo mío, pero cuando te piden que vayas a TED, la mejor cantera de charlas del Mundo, de la que durante años has sacado motivación e inspiración, uno no puede decir que no. Y menos en un auditorio de 1.000 personas. Otro sueño que tenía desde que era un chavalín, a la saca :))"
Aquí os dejo el documental del #UltramanHawaii que hizo Valentí Sanjuan, la prueba más dura de Triatlón que consiste en recorrer a lo largo de los tres días de duración de
la competición una distancia de 515 kilómetros. Dicha distancia está
distribuida de la siguiente forma:
El primer día deben
nadar en mar abierto un total de 10 kilómetros (6,2 millas). Nada más
salir del agua se han de calzar las zapatillas de ciclismo, para una vez
montados en sus bicis, recorrer 144,8 kilómetros (90 millas).
El segundo día consiste en realizar una larga etapa en bicicleta con una distancia a recorrer de 273,5 kilómetros (170 millas).
El tercer y último día hay que correr el doble de distancia que en una maratón, o lo que es lo mismo, 84,3 kilómetros (52,4 millas), algo más que un simple paseo.
A
la dureza de la prueba hay que añadirle el handicap de terminar cada
una de las etapas en un tiempo máximo determinado por la organización.
Para cada una de las etapas el tiempo límite es de 12 horas.
Un documental lleno de emoción, motivación, dureza, deporte, sentimientos, lesiones y lucha por tus sueños.
"Hawaii era el sueño del año. Campeonato del Mundo. Para los que habéis jugado a fútbol de pequeños, es la final de la Champions. Después de clasificarme, una lesión me dejó dos meses sin entrenar y sin fuerza en las manos. Decidí no ir a Hawaii porque, de los 515KM de la competición, 10 iban a ser nadando. Hasta que se me paró la cabeza, 3 días antes, y volé a Hawaii."
¿Qué es para Valentí Sanjuan una ciudad? Correr por el puente de Brooklin nada más llegar del aeropuerto sin pasar por el hotel e ir a visitar a un puente de Central Park, donde su mejor amigo esparció las cenizas de su madre fallecida (que como la madre de Valentí, murió de cáncer).
Hace 5 años la madre de Valentí Sanjuan murió de cáncer y no le pudo decir adios. Estos 1.500km de Camino De Santiago fue la mejor manera de despedirse de ella.
Desde su casa en Barcelona a Santiago, primero 700 km a Roncesvalles en bici en 3 días y luego 800 km corriendo en 10 días para poder llegar el 31 de Diciembre, fecha en que murió su madre, a Santiago.
Haciendo dos maratones diarios, Valentí realizó esta proeza física, deportiva, humana y muy muy personal.
Os invito a verla porque de estas cosas se puede aprender y mucho :)